18/01/2021
09/02/2021
Segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.
El 5 de febrero de 1953, llega de la mano de la compañía cinematográfica Walt Disney, un clásico, Peter Pan. Una película de animación dirigida por Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske y producida por Walt Disney. Está basada en la historia teatral Peter Pan y Wendy de J.M. Barrie.Peter Pan narra la historia de como aquel “niño que
no quería crecer”, descubre a Wendy, John y Michael, las maravillas del País de
Nunca Jamás. Vivirán una maravillosa aventura rodeados de piratas, indios y
sirenas. Una aventura llena de magia y sueño que siempre recordarán.
La banda sonora fue producida por Oliver Wallace. Oliver
George Wallace fue un compositor y director de orquesta estadounidense nacido
en Inglaterra. Especialmente reconocido a lo largo de toda su carrera por sus
composiciones musicales de películas, que fueron escritas para muchas películas
de animación, documentales y largometrajes de Walt Disney. Oliver Wallace se
incorporó a Disney Studios en 1936 y rápidamente se convirtió en uno de los
compositores más importantes del estudio de cortometrajes animados.
Proporcionó, de hecho, música para 139 de estos cortos. Una de sus piezas más
conocidas es la canción Der Führer’s Face de la caricatura de propaganda
del pato Donald de 1942. Compuso también, durante más de veintisiete años,
composiciones para los largometrajes de la compañía. Cabe destacar, además, su primer
y único Oscar gracias a Dumbo (1941), junto con Frank Churchill.
Un total de 20 piezas componen la banda sonora del filme.
Para mí, cada composición supone una emoción pura acorde al momento y al
contexto en el que es reproducida a lo largo de la historia. Por esto mismo, hoy,
quiero expresar lo que esta exquisita banda sonora manifiesta en mí cada vez
que disfruto de una de sus canciones o reproduzco totalmente embelesado la
cinta.
El prólogo de esta idílica historia. De melodía suave y
envolvente, genera ese ambiente mágico y de ensueño que supone toda la
historia. Junto con la sucesión de ilustraciones que acompañan a los títulos
iniciales, despierta es nerviosismo placentero provocado por la excitación de
escuchar un cuento de hadas por primera vez.
¡Volarás!, ¡Volarás!, ¡Volarás!
El mapa hacia Nunca Jamás. Los polvos de hada y los
pensamientos bonitos nos ayudarán a volar. Una de las piezas más icónicas de la
cinta. Los niños, con la ayuda de Peter Pan, han conseguido volar y ponen rumbo
al País de Nunca Jamás. Pura euforia llena de sorpresa. Sin duda alguna, es
icónica, además, por el desarrollo de la escena; los niños salen volando por la
ventana y recorren la noche londinense desde las alturas. La canción finaliza
con la vista de un cielo estrellado sobre el que destaca la localización exacta
de la maravillosa isla, La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta
el amanecer…
La carta de presentación del enemigo. A pesar de durar
apenas unos segundos, esta pequeña melodía supone el primer contacto del espectador
con uno de los personajes principales de la isla. De carácter burlesco y
cómico, conocemos así, la personalidad del principal enemigo de Peter Pan, el
Capitán Garfio. Disfrute, pues, al fin y al cabo, la vida pirata se vive
mejor.
Una oda a la infancia. Otra de las más remarcables en la
cinta. John y Michel se hacen amigos de los “niños perdidos” y deciden ir a
capturar a los indios todos juntos. Melódica, pegadiza y alegre. Sinónimo de la
inocencia de los niños y de la ilusión del juego en la infancia. Se recrea una
divertida escena en la que los niños, todos en fila y con sus pequeñas armas,
recorren la isla esquivando diferentes obstáculos y ayudándose unos a otros.
Cantando al mismo son: Por donde tú vayas, si pasas yo paso y por donde tú
pises también yo pisaré.
Un símbolo cultural. La fiesta y la tradición que acoge e
invita. Lo sonidos graves y profundos recogen a la perfección esa atmósfera de
espiritualidad y rito que se trata de representar. Al fin y al cabo, los indios
están expresando su agradecimiento a Peter Pan por haber salvado a la hija del
jefe de la tribu. Rompe, quizás, una barrera, es decir, los indios eran desde
un primer momento el enemigo, pero en este caso, solo transmiten fraternidad y
unión. Todos cantan y danzan felices alrededor del fuego, compartiendo la pipa
de la paz.
El recuerdo del hogar. La pieza más emotiva para mí sin
dudarlo siquiera. La débil melodía nos permite disfrutar de una nana
enternecedora. Wendy habla a los “niños perdidos” del sentimiento que supone la
figura de la madre. Claro reflejo de ese anhelo por volver a casa, por volver a
esa protección llena del amor más verdadero. No podemos negar que Wendy cantaba
sabiamente: La mujer que nos dio al nacer todo su amor, su alma y su fe. Bendita
siempre será, su nombre es mamá.
21/02/2021
Doblaje conjunto con María Parrado.
Y un poquito del proceso...